gracias

Una de las formas de entrar en el tiempo sagrado es pronunciar el “yo soy”

Una de las formas de entrar en el tiempo sagrado es pronunciar el “yo soy”.
Al decir con conocimiento y expectativa “yo soy” abres el tiempo sagrado. Claro que el tiempo sagrado no es tonto y solo se va a mostrar o aparecer como sagrado según tu conocimiento o quizás reconocimiento de lo sagrado, es decir de la realidad del amor.

La realidad del amor es el templo o el “te amo” vivencial posterior al perdón y al gracias.
El “conocimiento” del amor contiene experiencias de perder por amor y sostener el amor incluso perdiendo, mientras que ROMA contiene ganar, beneficiarse de quien te ama.
Amor, incluso perdiendo, solo es una experiencia, pero también es parte del diálogo del Viento-Tormenta, o sea una prueba iniciática.

La expectativa depende de la expansión y del abandono de la rigidez, porque la rigidez no procede del amor sino del juicio y del miedo.

El juicio y el miedo son contrarios al amor. Huyen del amor y por tanto del “te amo”.

La experiencia del perdón se instala en el mundo de las emociones, mientras que muchas veces no supone ningún cambio en la materia, en lo físico o en lo geográfico, sino solamente en el interior

Todos somos Bonnie and Clyde. Todos tenemos algo por lo que necesitamos, desde nuestro interior y desde nuestro corazón, pedir perdón, siendo esa necesidad y su realización algo que restablece la armonía. En sí es una experiencia del ser humano.
Quizá no sea una experiencia de seres puramente angélicos, incapaces de cometer error, daño, pecado, de escuchar a su ego o como quiera que lo llamemos, pero el ser humano sí tiene la experiencia del perdón en su interior como algo que le expande y le lleva a la plenitud del ser humano.

La experiencia del perdón se instala o toma fuerza en el mundo de las emociones, mientras que muchas veces no supone ningún cambio en la materia, en lo físico o en lo geográfico, sino solamente en el interior. El perdón pertenece al mundo de la emoción.

La expresión del arquetipo humano está contenida en lo que con una palabra griega se traduce como “los libros”, que en griego sería “Biblia” y que también se llama “La Ley”. También se utiliza un nombre que gusta a las personas que se mueven en algo que podemos llamar un ambiente docto, injusto o cruel como es el mundo taurino, y estamos hablando de la Torah -Gracias Torah, desde nuestro corazón, desde lo más sincero. Solo hemos encontrado algo maravilloso para adentrarnos en ese territorio-, que fonéticamente, por el oído, se relaciona con el mundo taurino, puesto que Tora y Torah utilizan lo mismo.
No lo hemos inventado nosotros. Si hubiésemos querido inventar algo así, seguramente hubiéramos hecho otra cosa. Cuando yo vine aquí, ya estaba.
En todo caso, en la exposición del arquetipo humano que contienen los libros sagrados, o sea la Torah, la Ley o la Biblia, antes de que aparezca el templo aparece el perdón.

La manifestación visible del templo está esperando que aparezca la manifestación o vibración emocional del arrepentimiento expresado por David. Gracias y perdón, y cada vez que decimos “perdón”, lo hacemos desde el corazón.

Hay muchas personas en este tiempo de hoy que consideran importante el oponopono, como una herramienta que les ayuda a ellos, les informa, pero también transforma a otras personas. Cuando a una persona con la que te llevas mal la pides perdón internamente, diciendo que la amas, a veces produce auténticos milagros.
El perdón forma parte de esta oración sagrada que es el oponopono y está expresando precisamente el camino de la construcción del templo, que es el camino de la estrella.
Primero pide perdón, como el rey David. Después, da las gracias, las gracias a Dios.

Sabemos lo que es dar las gracias en estos libros de la Torah, de la biblia, del arquetipo humano, porque es lo que hace Jacob cuando tiene al hijo que llama Judá: alabo a Dios, doy gracias a Dios. El yod de Yahvé o del “jah” (“ya”) de los rastafaris, y el “odá”, que está en la palabra que se usa para dar gracias, “todá”.
El perdón de David, las gracias intrínsecas de la alabanza a Dios, es decir a la profundidad de la vida, es lo que permite el templo en el “te amo”: perdón, gracias, te amo.

David, Jacob al recibir a su hijo Judá y el templo.
El templo es el nuevo nacimiento donde la persona se encarna en otra dimensión, que es la dimensión del amor. Por eso alguien dice “destruir ese templo y yo lo levantaré en 3 días”, que es la resurrección.

Si es bonito dices “GRACIAS”, si te acongoja dices “PERDÓN” y si te paras dices “sí, AQUÍ ESTOY, AMEN”.

El Tzolkin, con sus 260 casillas, es una herramienta absolutamente SINGULAR –gracias Tzolkin-, porque únicamente aparece en su propio contexto cultural y ninguna de las otras culturas lo conoce.
Pero siendo algo en relación con el tiempo, no es exactamente un calendario, que fundamentalmente es algo práctico para disponer, dentro del tiempo, la actividad laboral; para disponer, dentro del tiempo, las actividades litúrgicas; para disponer dentro del tiempo el ocio; o para disponer dentro del tiempo las labores de la recolección o de la siembra.
De tal manera que el calendario usurpa el territorio del tiempo y hace aparecer el tiempo como algo asociado al calendario.

Sin embargo, el tiempo no tiene nada que ver con el trabajo o con las labores agrícolas, y ni siquiera con la liturgia o con el ocio.
Lo más parecido al tiempo es la gestación del embrión, y sabemos que está prohibido por la ley, además de ser imposible, contratar embriones, o sea los embriones no pueden trabajar, escolarizarse, asistir a actos litúrgicos o irse de vacaciones.

Los embriones solo pueden evolucionar hacia su expansión, es decir hasta ser plenamente.
Y el tiempo entonces para el ser humano es el momento de la conciencia, que es nutrición favorable para el ser y para la expansión, y eso sí es competencia del tiempo.
Esa expansión del embrión es justamente la realización en una determinada dimensión de algo que se inicia en dimensiones superiores, o incluso en el propio centro, núcleo, big ban o expansión de la vida. Podemos decir que la vida de cada persona se inicia ahí, y ese “ahí” es además atemporal.
De modo que entonces el tiempo es la realización de algo que se inicia en el centro de –lo vamos a denominar así porque nos gusta más- el corazón amoroso de la vida.

El tiempo es como la forma maternal donde la energía de lo óptimo, o sea la energía amorosa de la vida, nutre una conciencia todavía inconsciente hasta su iluminación.
De esta manera, podemos considerar al Tzolkin como un regalo para toda la humanidad; como un diálogo con cada persona que esté recorriendo la vía del Tzolkin, que está siendo nutrida en su conciencia en una vía de iluminación.
Esa vía es también incluyente, como lo es en sí la energía femenina, que es receptiva, incluyente, para potenciar una expansión.

También podemos ver esa energía “incluyente, amorosa, para potenciar una expansión” presente en la actividad de la madre tierra, y entonces encontrar que nos movemos en un mundo de imágenes hablando a la conciencia, o sea en un mundo de espejos donde quizá lo que se proyecta es el contenido de la conciencia más que una realidad exterior, puesto que la forma es luz cumpliendo una misión, con la capacidad de adaptarse plenamente a los contenidos interiores de cada persona.

De modo que la cosa aparece fácil o difícil, de forma variable muchas veces, hasta que decides que solamente es fácil, porque el éxito es seguro ya que no depende de ti sino que se inicia en dimensiones superiores, es decir en lo óptimo, en el cielo, en la maravilla, y tú eres voluntario para ello. Y al ser voluntario ya das un salto y entonces tienes como dos motores: si es bonito dices “GRACIAS”, si te acongoja dices “PERDÓN” y si te paras dices “sí, AQUÍ ESTOY, AMEN”.

La emoción del AGRADECIMIENTO produce lucidez y eleva la vibración interior.
La emoción del PERDÓN, o sea del reconocimiento del ego, produce liberación, es decir descarga peso, libera ataduras y está asociada a la recuperación de lo sagrado íntimo. Quizá a muchas personas no les gusta, y por eso no pueden reconstruir lo sagrado amoroso en su interior, no pueden recuperar el templo, y entonces se produce una separación, porque la luz solo puede estar en el templo. Y con esto estamos hablando de realidades interiores.
Cuando dices “AQUÍ ESTOY”, entras dentro de ti y expandes tu aura y tu conciencia. El éxito está asegurado cuando eres voluntario.

En ese sentido el Tzolkin es una ayuda porque ordena los conceptos, pero desde fuera de ti. No los ordena desde un criterio vencedor sobre perdedores, sino sobre un criterio de supervivencia, de atemporalidad. Da igual lo que suceda, yo sigo aquí.

Reconocer la fuerza del amor, que siempre es incondicional, es encontrar la energía femenina

Nos gusta la chacana con sus tres escaloncitos.
Nos gusta la chacana con su simbolismo paciente, aquietante y sabio.
Fue como un flechazo, instantáneo. Como la iluminación, porque estamos en un tiempo de iluminación, donde ya han venido muchas almas a este plano, siendo cada una, una luz que solo necesita aquietamiento interior para iluminar su interior.

En realidad todos los continentes han estado siempre unidos, solo que nos gusta decir que están separados. Por eso es muy importante pararte a considerar qué dices acerca de la vida, qué dices de ti, de los otros. Si quieres decir tonterías, di chistes.

Descubrir al depredador en ti es iniciar la re-construcción del templo, y ahí el mantra es “el PERDÓN”.
Reconocer o encontrar la fuerza del amor, que siempre es incondicional, también es encontrar la energía femenina, la energía amorosa que podemos denominar femenina, y entonces el mantra es “GRACIAS”.
Encontrar el espejo, la sociedad de la estrella y el in lak’ech, donde puedes ver al otro como otro yo, y donde puedes ver a Dios que te ve con la semejanza primordial del otro yo es decir del in lak’ech, pronunciado desde dimensiones superiores, y entonces el mantra es “AMEN”.

Sí, por eso nos gusta la chacana con sus tres escaloncitos, de perdón, gracias, te amo, y su traducción al aplicar el código Tzolkin.
La chacana contiene tres escalones que unen cada brazo de la cruz, dibujando con esa línea escalonada una figura en rombo similar a la figura de la estrella, pero que en el Tzolkin aparece partida, separada por la columna resonante, porque esa imagen también se puede ver como compuesta por dos medias equis, es decir que si tu partes una X por la mitad lo que tienes son dos ángulos, que puedes unirlos por el vértice o por los extremos, formando dos figuras diferentes: cuando están unidas por el vértice es un rombo y cuando están unidas por los extremos es una X.
Y eso es lo que hace constantemente el Tzolkin. Se une en los sellos perro 13-mono 1, en el centro del Tzolkin, y también se une en sol 13-dragón 1.

La columna resonante en el centro del Tzolkin contiene los últimos 10 sellos de la onda del espejo y los 10 sellos iniciales de la onda del mono.
De modo que quedan 3 sellos de la onda del espejo, como tres escaloncitos, que quedan fuera de la columna resonante antes de que dé comienzo ésta. Y esos tres sellos se ven repetidos en al final de la onda del mono, en los 3 sellos finales que continúan después de la columna resonante y que son sus ocultos.

El primer escalón contiene al espejo, a través del espejo 1, y al ensueño, a través de su oculto la noche 13, y ya hace presente el in lak’ech y el AMEN del ensueño.
El segundo escalón contiene la resurrección de la tormenta, con su oculto el viento en tono 12, o sea en favor de todos. Y cuando el viento de la resurrección sopla en favor de todos, es porque suena la resonancia del PERDÓN.
Y el tercer escaloncito contiene al sol en tono 3, esa luz que expresa al dragón en tono 11, y a la energía femenina cumpliendo una misión, más allá de las apariencias. Sí, claro, GRACIAS.

La chacana tiene una diagonal y el Tzolkin tiene una diagonal. La diagonal en el Tzolkin es la que se establece entre tu sello natal y tu oculto.

Sí, gracias y perdón.

Tzolkin y ADN

El ADN está formado por 4 bases nitrogenadas transportando información, que se van enlazando y son siempre las mismas: Adenina, Guanina, Citosina y Timina.

Transportan información genética, es decir el modelo que luego va a producir el cuerpo de un ser humano concreto con sus características definidas.

Eso contiene una semejanza o sincronía con el Tzolkin, que también está compuesto por sellos de 4 colores (rojo, blanco, azul y amarillo) transportando información. La información transportada también contiene el modelo de un salto evolutivo donde podríamos decir que produce el cuerpo de luz.

De modo que sincrónicamente serían similares las 4 bases y los 4 colores.

Las 4 bases se enlazan de dos en dos, al igual que los colores.

Las 4 bases son de dos tipos, purinas (adenina y guanina) y pirimidinas (citosina y timina), y siempre van juntas una purina con una pirimidina (adenina-timina y guanina-citosina), pero nunca dos purinas o dos pirimidinas.

También los colores son de dos tipos, determinados por su oculto. Por un lado están unidos el rojo y el amarillo, y por otro el blanco y el azul. Siempre que un sello es amarillo, su oculto es rojo, y viceversa, el oculto del rojo es amarillo, pero nunca el oculto de un sello amarillo o rojo es blanco o azul. Y siempre que un sello es azul su oculto es blanco, y viceversa, siempre que un sello es blanco su oculto es azul y nunca amarillo o rojo.

La sincronía con el Tzolkin es aún mayor si consideramos que existe una quinta base nitrogenada, que es el uracilo, pero no formando parte del ADN sino del ARN.

El contenido del ARN es similar, pero en lugar de estar formado por adenina, guanina, citosina y timina, está formado por adenina y guanina, que se mantienen y pertenecen al grupo de purinas, y por citosina y uracilo, en el grupo de pirimidinas.

Es decir, en el ARN hay uracilo y no timina, siendo los demás componentes los mismos, y en el ADN hay timina y no uracilo, manteniéndose los demás componentes.

El total de bases es de 5, aunque siempre se presentan de 4 en 4.

Los colores en el Tzolkin también mantienen esa sincronía, ya que si bien en los sellos hay 4 colores, en los castillos encontramos 5 al incorporarse el verde. Es decir, existe un quinto color que está asociado a otro nivel de la realidad, a un nivel maravilloso.

Los castillos están constituidos en dos niveles, el que va del castillo 1 al 4, y el que va del castillo 2 al 5.

En la secuencia del 1 al 4 se despliega la familia del dragón, manteniendo el orden secuencial de los colores (rojo, blanco, azul y amarillo): primera onda del primer castillo, segunda onda del segundo castillo, tercera onda del tercer castillo y cuarta onda del cuarto castillo, pero no aparece en el quinto castillo.

Mientras, la secuencia que va del castillo 2 al 5 contiene la familia del día verde, en la misma posición que ocupa la familia del dragón en los cuatro primeros castillos, pero a partir del segundo, ya que la familia del día verde no aparece en el primer castillo: primera onda del segundo castillo, segunda onda del tercer castillo, tercera onda del cuarto castillo y cuarta onda del quinto castillo. También mantiene el orden secuencial de los colores (rojo, blanco, azul y amarillo), mostrando así que se trata de un segundo nivel.

Como vemos, las familias del dragón y del día verde hacen lo mismo, pero en dos niveles diferentes. Y en eso reciben la colaboración de las otras tres familias.

La similitud entonces con el comportamiento de las bases nitrogenadas en su formulación de 5, es que el uracilo forma un nivel, que es el ARN, con la colaboración de otras tres (adenina, guanina y citosina), pero no aparece en el otro nivel, que es el ADN.

Mientras, la timina no aparece en el nivel en que está presente el uracilo, el ARN, pero cuenta con la colaboración de las otras tres bases nitrogenadas (adenina, guanina y citosina) en el otro nivel del ADN.

De modo que la similitud entre el Tzolkin en su formulación de 5 castillos y la expresión de las 5 bases nitrogenadas es que ambas forman dos niveles.

Las bases forman los niveles del ARN y del ADN, y los castillos forman los niveles del 1 al 4 y del 2 al 5.

En cada uno de los niveles, hay uno que no aparece en el otro más tres que están en los dos: En las bases hay un nivel donde aparece el uracilo más tres bases y no está la timina, y en el otro nivel, aparece la timina más las tres bases y no el uracilo.

Y en el Tzolkin hay un nivel donde aparece la familia del dragón más tres familias y no la del día verde, y otro nivel donde sí aparece la familia del día verde y otras tres familias, y donde no está la del dragón.

Trabajar en el Tzolkin es trabajar con el ADN.

Al armonizarte con la propuesta que te hace el Tzolkin sobre tu familia, onda y color, armonizas los contenidos de tu ADN.

Quizá te digas “no sé hacerlo”, pero el asunto es “hazlo”. Quizá tú no sabes, pero Tzolkin, sí. Hay una vía que no es a través del mundo lógico y del hemisferio donde están los contenidos de lo conocido, sino donde están los contenidos de lo no conocido.

El acceso a la plenitud, no conocida, es a través de algo que no sabes, pero donde te presentas como voluntario para que suceda.

Parte de la tarea de las personas de hoy en día es sanar sus genes y liberar del karma a sus ancestros y a ellos mismos, y contiene algo del no saber y del voluntario.

Sí, gracias y perdón. Saber que el perdón es importante, es fácil; solo tienes que mirar tu vida.

Sí, gracias y perdón. Saber que el agradecimiento es importante, es fácil; solo tienes que mirar tu vida.

Sí, gracias y perdón.

Perdón es un mantra que te integra en la excelencia

La cosa es compleja, porque quizá tratas de ser el mejor, el número 1, la máxima excelencia, o por lo menos uno de los buenos, y entonces tratas de que no se noten tus errores. Quizá sucede que justamente cuando no tapas tus errores, sino que los reconoces, es cuando empiezas a estar en la excelencia.

Sí, quizá por eso perdón es un mantra que te integra en la excelencia.

Sí, gracias, y perdón.